Después de Kho Lipe en Thailandia todavía teníamos ganas de paraíso, snorkel y tumbarnos a la sombra de un cocotero sin hacer ni el wevo así que nos dirigimos a otra islita, esta vez en ya de Malasia. Aquí el agua es más azul o, mejor dicho, de otro azul pero igual de trasparente y las lanchas motoras no hacen practicamente ruido así que junto con que estamos no en primera fila sino encima del agua HEMOS SUBIDO UN ESCALAFÓN EN EL RANKING DE PARAÍSOS.
Para despedirnos el último día, estuvimos una semana, vimos un tiburón de esos de arrecife que son pequeños pero vamos, UN TIBURÓN! a mi me entró bastante cangui y me atraganté y todo pero Dani (el que corre delante de los moscones) se fue detrás de él para verle mejor. INCREÍBLE, qué tio. La verdad es que era muy chulo y con movimientos elegantes, gris con una raya negra y una mancha blanca en la aleta, creo que es un tipo de tiburón pero como mis conocimientos de la fauna marina son bastante nulos no sé cual.
Otro de los alicientes del segundo paraíso fueron las geniales ensaladas que nos ponían en el restaurante de al lado de la cabañita y la playita solitaria que descubrimos a un paseo por la selva, TODO UN LUJAZO, la verda que sí, SIEMPRE NOS QUEDARÁ PREHENTIAN.
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