Lo primero que se
le viene a la cabeza a alguien, cuando le dices que te vas con vuelo de ida y
sin vuelo de vuelta es ¿Por qué?
No premeditamos
tanto las respuestas como cuando tuvimos que darlas, pero después de llevar ya
6 meses y seguir con muchísimas ganas, las tenemos un poco más claras.
La principal
razón que nos venía a la cabeza antes de empezar era ¿Por qué no? Y ahora lo hemos
podido definir un poco y ser algo más concretos para quien le pueda interesar.
Porque nos hace crecer como personas, como ciudadanos del
mundo, como amigos y como pareja.
Porque nos ayuda a entender mejor nuestras propias
emociones, sentimientos, frustraciones, anhelos, nos ayuda a conocernos mejor a
nosotros mismos y el uno al otro.
Porque nos acerca a la parte humana del ser humano.
Porque nos hace desaprender a cada momento, algo tan
complicado.
Porque nos provoca replantearnos y recolocar nuestro
mundo interior y sobre todo, dejar espacio para que se pueda mover y decorar con
muebles pequeños y ligeros que se puedan cambiar de sitio y con paneles
movibles que creen diferentes espacios en uno mismo, como los que usan por
aquí.
Porque ahora, desde la distancia y la añoranza, podemos
valorar y apreciar cada pequeño detalle de nuestra vida cotidiana, esos que,
incorporados a la rutina, pasan desapercibidos pero que, en realidad, son los
acordes que dan harmonía a nuestra vida.
Porque estamos más cerca, más en contacto real con nuestros
seres queridos, que teniéndolos a pocos kilómetros, nos conocemos mejor cuando
nos separamos.
Porque sin buscar, encontramos cantidad de experiencias
que llenan nuestras mochilas de momentos inolvidables.
Porque la vanidad remite y la humildad aparece como algo
evidente. Ante la magnitud y variedad uno se siente más parte y menos centro.
Porque el corazón se nos pone a brincar mucho más a
menudo.
Porque nos emocionamos como niños viendo su película de
dibujos preferida.
Porque el mundo es hermoso, curioso, increíblemente bello
y está lleno de sitios, personas y situaciones que merece la pena ver, conocer
y vivir.
Porque NOS SENTIMOS LAS
PERSONAS MÁS AFORTUNAS DE LA TIERRA DE PODER ESTAR HACIENDO ESTE SUEÑO
REALIDAD, JUNTOS Y COMPARTÍENDOLO CON NUESTROS SERES QUERIDOS.
Porque la falta de rutina y previsión hace florecer la
presencia, nos hace sentir y vivir el aquí y el ahora.
Y sobre todo, porque aprendemos a priorizar el VIVIR ante
el TENER y eso, nos hace más RICOS, más
LIBRES.
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